Alguno tendrá la culpa
como
pagando la culpa…
mire
que en la dignidad
tiene
su mayor fortuna.
Suele
ser el corazón
fruto
de cáscara dura;
cuando
la conciencia es sorda
la
necesidad es muda.
Un
rico de mi lugar
avaro
desde la cuna,
con
un cerro de monedas
las
contaba una por una.
Dicen
que murió contando
hasta
pelarse las uñas,
orgulloso
de sus bienes
pero
satisfecho nunca.
No
quiera el rico vivir
como
tocando la luna,
que
el que tocó cielo y tierra
se
partió por la cintura.
Cuando
la riqueza pesa
ya
al rico nada lo ayuda;
ni
el orgullo ni el dinero
van
a alcolchonar la tumba.
Decencia
y necesidad
en
la senda, buena yunta…
Del
equilibrio del yugo
sale
la marcha segura.
Del
que contó sus monedas,
¡qué
triste la suerte suya!
Para
colmar su codicia
siempre
le faltaba una.
Quien
poco y quien demasiado
habla
de la suerte injusta;
malhaya
las diferencias…
¡de
alguno será la culpa!
Llevando
el tiro en el medio
no
se afloja la coyunda;
cuando
la marcha es pareja
ningún
testuz se magulla.
Estanislao Riera
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